Regen, Stein und Licht

En Hameln los días lluviosos son la norma. Para un coruñés no es algo ajeno, sino un componente más de lo cotidiano. Hace un par de días, después de reregularizar unos cuantos papeles en el Rathaus (ayuntamiento) pude darme un largo paseo embadurnado de agua, piedra e historia.

Amaneciendo en Bäckerstraße

Bäckerstraße y Österstraße son esas calles que definen tu pueblo o tu ciudad. Algo así como la Calle Real / Riego de Agua en A Coruña pero mucho más amplias y extensas (¡bien!) aunque sin el olor a sal ni María Pita al fondo (¡buuuuh!). A cada lado vas dejando atrás comercios, cafeterías, restaurantes y callejuelas, sobre todo callejuelas. Perderse por ellas es una virtud y, haciendo honor a mi despiste, me aplico a ello siempre que puedo. Como en todas las calles que dejan huella, al final de ambas se encuentra el lugar más famoso de la zona, la iglesia de San Nikolai, alrededor del cual se esparce como puede el Weihnachsmarkt.

Fábrica de luces navideñas (o el edificio del periódico local, vaya usted a saber)

Siempre pensé que los lugares sin mar me decepcionarían, pero Hameln suple la falta de sal con lluvia y piedra. El toque final que acaba de darle ese encanto irreal es la iluminación. De todos los sitios que he visitado este es, sin duda, al que mejor tratan sus luces, tanto de frente como de perfil. Y es que los focos, las farolas y las velas nocturnas de Hameln están preparados para apuntar al lugar indicado.

Ganas de café aumentando...

Aumentando...

Aument... ¡¡1558!! No, no es el código postal.
Es el año de construcción del edificio.

Insisto en la chocolatosidad de las casas.
¿No os apetece darle un bocado a la columna de la izquierda?

Os aseguro que en directo todavía es mejor
(Foto de http://motorhometripphotos.blogspot.de/)

Interior de la casa. Apréciese el grado de detalle en la decoración
(Foto de http://motorhometripphotos.blogspot.de/)

Y precisamente a la iluminación nocturna de Hameln y a sus edificios les debo una entrada. ¡JORBUJ!

Vamos al Weihnachtsmarkt!

¡JORBUJ!

El miércoles arrancó el mercado de navidad en Hameln y decidimos pasar a hacerle una primera visita. ¿Cumplió nuestras expectativas? Vamos a ver:

Puestos preparados para arrancar... ¡Cumplido!

St. Nikolai mejorada para la ocasión... ¡Cumplido!

 Ambiente animado y lleno en la plaza... ¡Cumplido!

Y aunque no lo parezca...

... todo lo que ven vuestros ojos ...

... en estas fotos ...

... ¡está hecho de chocolate!

Descubrir viendo el escaparate un nuevo significado de muerte por chocolate... ¡Cumplido!

Gente jugando a... Petanc... ¿Curling...? ¿Cumplido?

 

Confundir un puesto de velas y lámparas con una caseta de artesanía de cerámica... ¡Cumplido!

  

Atacar una caseta con Glühwein y Eierspunch (que tras investigar 5 minutos resultó ser, literalmente en alemán, un clásico ponche de huevo)... ¡Cumplido!

Y, por último, conseguir la bota de Super Mario Bros 3... ¡Cumplido!

Estamos trabajando en encontrar a Mr. Goomba para poder negociar los términos de un rescate razonable

Weihnachtsmarkt en Hameln: ¡El mercado de navidad!

JÓRBUJ!

Se acerca el invierno. La lluvia cada vez se parece más a la nieve y Hameln se enciende a las 4 de la tarde para llevarle la contraria al tiempo, ¿o es justo al revés?. Y es que con el invierno llega una antigua tradición al pueblo: El Weihnachtsmarkt. ¿Locualo? El mercado de navidad. Ahhhhhh. 

Un Weihnachtsmarkt berlinés en el s. XIX con Herr Skröge presidiendo.

Los primeros aparecieron en el siglo XIV en Austria y Alemania, pero en la actualidad podéis encontrar spin-offs en casi cualquier parte de Europa. De hecho, en A Coruña tenemos un minimercado navideño que se celebra en la plaza de María Pita desde hace poco tiempo. En un típico Wiehnachtsmarkt ¡salud!¡gracias! hay una escena de la Natividad (lo que en España se conoce como Belén, pero más a lo grande) y los puestos ofreciendo regalos, adornos y cosicas calientes se esparcen por el centro de la ciudad/pueblo como un campamento de gnomos. O una migración anual: ciudades como Berlín llegan a tener más de 70 mercados simultáneos durante el mes de diciembre que suponen una fuente de turismo e ingresos sustancial para los lugares en los que se celebran.

El tinglado, versión Hameln.
Nota: La plaza de St. Nicolai ya es bonita sin todos los extras.

Uno de los productos más populares de las casetas es el Glühwein, un vino caliente y especiado. Antes de que os dé un pallá y me digáis que el vino caliente es un brebaje de satán, recordad que durante las fechas en las que se monta un Weihnachtsmarkt los grados quedan a deber en esta parte del mundo. Una vez que tengamos el gaznate y las mejillas calientes (esto es fundamental, ya que en mi breve experiencia las mejillas son unas de las pocas partes del cuerpo que se quedan al aire por mucho que te tapes. En los ojos siempre te puedes poner las gafas de buceo y quedar como un señor) nos pasamos por el puesto de almendras tostadas, nos agenciamos unas galletas de jengibre, abrimos paso a los fundamentales Bratwürst y lo bajamos todo con un poco de Eierpunsch, otra bebida navideña a base de claras de huevo, azúcar, vino blanco y vainilla. 

St. Nicolai por su otro perfil

Como a Inés le brillan los ojos cada vez que piensa en ir me parece que voy a tener la ocasión de darme unos cuantos paseos por el centro a partir del día 27. Si Hameln quiere ser de cuento, dejémosle ser de cuento.

Y habrá pista de Curling... De Curling... De Curling... JÓRBUJ!

¡Weihnachtsmarkt, imos aló!

Willkommen!

¡JÓRBUJ!

Tranquilos, no es la típica blitzkrieg de las 5 en punto (salvo que seas francés, entonces sí). ¡JÓRBUJ! nace con tres objetivos muy marcados:

1) Servir de puente entre A Coruña/Galicia y Hameln/Baja Sajonia (Niedersachsen):

• A Coruña es una belleza atlántica de la que llevo enamorado 28 años. Tiene el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento (la Torre de Hércules), un paseo marítimo interminable que huele a sal de punta a punta, cafeterías cada 5 metros y la costumbre de expandirse más allá de sus fronteras naturales. Al fin y al cabo, A Coruña es gallega y parece querer emigrar hacia el mar desde su propio centro. Como es difícil no echarla de menos de vez en cuando os hablaré sobre los mejores lugares, locales y costumbres de la ciudad. 
• Hameln es un cuento haciéndose viejo. Las casas de su Altstadt (ciudad vieja) están preparadas para rodar Hänsel y Gretel (quizás no en su última interpretación artística). Aquí reside el famosísimo flautista, que todos los domingos sale a llevarse a los incautos turistas que sobran (pasan más de un millón al año por aquí) a un terrible destino. O al restaurante que más comisión le habilite. En un mes he tenido tiempo para conocer a habitantes destacados como El Gran Akiba, su mujer Magda y su hija Ariadna. Son gente peculiar que compiten por ser cada uno más majo que el de al lado y que nos han adoptado nada más llegar. Y es que así da gusto expatriarse. Poco a poco os iré contando cosas sobre el pueblo, sus alrededores (que principalmente es toda Europa, ya que nos hallamos en ese lugar tan privilegiado conocido como "el puto medio") y su gente.

2) Volver a escribir después de un tiempo de sequía demasiado largo. A pesar de tener varios blogs en mi haber, una mala combinación de desgaste y falta de motivación llevaba tiempo evitando que me pusiese a teclear. Ahora ya no quedan excusas. Las novedades son una gran fuente de inspiración y, sinceramente, cada día que paso aquí es una novedad en sí mismo. 

3) Utilizar la tecla de "Bloq. Mayús." de vez en cuando. A lo largo de la historia de los teclados informáticos la tecla de "Bloq. Mayús." ha sido ninguneada, rebajándose a una posición de inferioridad en la que no recibe ningún tipo de amor por parte de las manos humanas (o cualquier otro instrumento de escritura habitual como los codos, los móviles en caída libre, los hamsters hiperactivos, los morros de perro y los culos de gato). Os invito a empezar desde ya a luchar contra la injusticia. Repetid conmigo: ¡JÓRBUJ! Éxito. ¡JÓRBUJ! Triunfo. ¡JÓRBUJ! Liberación.

Así que sed bienvenidos y agarraos, que empezamos. 

¡JÓRBUJ!